Ford fabricará su nuevo Focus en Almussafes

La noticia ha causado, sin duda alguna, alegría entre los trabajadores de esta planta de Ford, ya que supone mano de obra y aleja el fantasma de la regulación de empleo. Pero en el fondo, esta decisión es fruto de una política de explotación.
Si Ford ha optado por construir su nuevo modelo en esta fábrica valenciana, no es porque le tenga un amor especial a la paella o a l'horta valenciana, sino porque la mano de obra de aquí es mucho más barata que en el resto de Europa, lo que se traduce en un abaratamiento de la producción.
Como explica Wallerstein en El capitalismo histórico, al productor lo que le interesa es el coste y la disponibilidad de la fuerza de trabajo. De hecho, el director de fabricación de la Ford de Almussafes ha afirmado que la flexibilidad de la plantilla ha sido clave en la decisión de la empresa.
Antes el trabajo era fijo, prácticamente vitalicio. En la actualidad, a ninguna empresa le interesa tener a un gran número de empleados fijos, ya que, en momentos de crisis, eso sólo se traduce en pérdidas. Por otro lado, cuando más barata sea la fuerza de trabajo, más rendible será el producto final. Y ésa es la razón por la que, en el periodo de apertura económica del franquismo, muchas empresas extranjeras decidieran invertir en nuestro país.
Además, con la entrada de la mujer en el mundo laboral y el trabajo de jóvenes, ha aumentado el número de salariosen las unidades familiares, lo que permite a las empresas reducir costes. Es un argumento lógico: si entran más sueldos en casa, el obrero aceptará cobrar menos, ya que no es el único sustentador familiar.
La lógica capitalista está pensada para el beneficio de unos pocos. Y el tan anunciado incremento de la riqueza aún está por llegar. El mundo es más rico globalmente sólo porque los que ya lo eran lo son mucho más ahora. Las diferencias entre el Tercer y el Primer Mundo cada vez son mayores y la brecha social más profunda.
Por eso no puedo resistirme a exclamar que otro mundo es posible.